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Publicado por John Taylor Gatto, profesor, autor de: «La historia oculta de la Educación en América» y «Armas de Instrucción masiva».
Traducido exclusivamente para ti:
La segunda lección que enseño es querer saber y entender cuál es tu puesto en clase. Enseño que debes estar en la clase que te pertenece, no sé quién decide en qué clase deben estar mis chicos pero no es asunto mío. Cada niño es numerado de manera que, si acaba en una clase equivocada, inmediatamente se recoge en la correcta.
Con los años, la forma en que están numerados los niños ha aumentado de manera exponencial. Hasta el punto de que es difícil ver ahora a un ser humano bajo el peso de todos esos números. Los niños número se ha convertido en un gran negocio muy rentable, a pesar de que las estrategias que lo manejan son totalmente esquivas.
Aún no puedo entender por qué los padres aceptan que les hagan esto a sus hijos sin siquiera reaccionar u oponerse a este sistema.
Pero, en cualquier caso, una vez más, no es asunto mío. Mi tarea es hacer que les guste estar con otros niños, todos numerados como ellos. O, al menos, aceptar las reglas con deportividad. Cuando consigo hacer bien mi trabajo, los niños ni siquiera imaginan la posibilidad de estar en otro lugar, esto se debe a que les he enseñado a temer y envidiar a las mejores clases y conformarse con la clase en la que se encuentran (en este caso en España, el equivalente de este sistema es la división en clases, donde la sección A es la mejor sobre la base de las calificaciones y resultados de los exámenes).
Bajo esta poderosa disciplina la clase comienza a auto-reglamentarse y marchar a tiempo. Esta es la verdadera lección enseñada en cada escuela que se caracteriza por la competencia. Siempre acabas sabiendo exactamente donde está tu lugar.
A pesar de que todos los proyectos den por sentado que el 99% de los alumnos está en una clase en la que permanecerá en el futuro, de vez en cuando me permito dar indicaciones y sugerencias para que los alumnos se comprometan a obtener mejores resultados en los exámenes. De este modo pueden pasar de una clase menos buena a una mejor.
De vez en cuando sugiero la idea de que alguien pueda contratarlos para trabajar sobre la base de las puntuaciones, las calificaciones y los exámenes, aunque en verdad en mi conocimiento experiencial se que a la mayoría de los empresarios no les importa un comino cosas como las calificaciones y resultados de exámenes.
No es que tenga que decir mentiras explícitas en clase, sin embargo, me di cuenta de que la verdad y nuestro sistema de enseñanza son totalmente incompatibles, como en el pasado también dijo Sócrates.
Hay un sinfín de lugares dentro de una pirámide y una vez que encuentres el tuyo no vas a salir nunca más. La única salida sería si encuentras tu número de la suerte, entonces y sólo entonces serás capaz de salir. Pero hasta que te suceda un evento de este tipo, lo único que puedes hacer es adaptarte al sistema y permanecer en tu lugar, el lugar que alguien decidió para ti.
Fin de la segunda “LECCIÓN”, Continuará…
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